La vida de Lance Armstrong : comienzos, victorias, la vuelta a la vida, siete tours de Francia, retirada, concienciación, regreso y mucho mas....

viernes, 2 de julio de 2010

El 'Boss' llega al Tour de la revancha con la intención de desarmar al 'Pistolero'

Último duro entrenamiento antes del Tour de Francia. Test en el Col de la Madonne (Niza). ¿Récord? No. ¿Cerca? Sí. Estoy listo". Con este tweet a modo de telegrama, Lance Armstrong anuncia al mundo que ya ha concluido su preparación para el Tour de Francia, una puesta a punto que inició el mismo día en que finalizó tercero la Grand Bouclé de 2009 en la que firmó un buen pero insuficiente para él tercer puesto.
Equipo a su medidaEl heptacampeón del Tour, con su equipo, el RadioShack, hecho a imagen y semejanza del viejo Discovery al que dejó huérfano en su segunda retirada, apoyándole a muerte, llega a la ronda francesa haciendo menos ruido que el año pasado pero con esas ganas de revancha que todo campeón tiene después de verse un par de escalones por debajo de Contador la pasada temporada. El americano, listo como pocos, intentará dar la campanada y volver a reinar en París, algo en lo que muy pocos creen, hecho que le motiva todavía más.
La versión 2010 de Armstrong comenzó a fraguarse en el momento en que hizo análisis de los fallos que cometió en su preparación el año anterior. Lo primero que hizo fue retirarse un poco de la vida pública, redujo conforme se acababa el año sus actos, comenzó a entrenarse más en solitario, como antaño, y recuperó ese instinto que reduce su deporte al Tour de Francia que le caracterizó mientras fue el indiscutible capo del pelotón mundial, el 'boss'. Es por ello que, tras participar en la Vuelta a Irlanda y hacer alguna que otra quedada vía Twitter con otros ciclistas aficionados, el americano alargó un poco más su estado de forma post Tour de Francia con el objetivo de ganar la Leadville 100, una competición de Mountain bike que, efectivamente, se adjudicó.
Mejorar contrarrelojDeportivamente, el gran problema detectado por el texano fue el bajo rendimiento contra el crono que pudo haberle alejado del pódium parisino el pasado Tour a manos de gente como Bradley Wiggins. Por ello, LA se sometió a pruebas aerodinámicas para mejorar su posición sobre la bicicleta y probó nuevos materiales con los que Trek, la marca que le ha equipado en todas y cada uno de sus triunfos en Francia, le preparó una bicicleta con la que acometer la lucha contra el reloj. Sin embargo, y a tenor de lo visto en las cronos de Luxemburgo y la Vuelta a Suiza, todavía le falta un poco para igualarse con los grandes favoritos y parece a años luz de su rendimiento de antaño, cuando lo normal era que se impusiera en este tipo de etapas.
Para aguantar en la alta montaña, el americano acumula la experiencia del año pasado en que se dio cuenta de que no podía ir a los cambios de ritmo de los ciclistas más jóvenes y explosivos, si bien durante la ascensión al Albulapass se probó en los últimos metros y demostró que parece estar mejor que el año pasado en este aspecto. Además, en este Tour tendrá un equipo entero a su disposición y es de esperar que Levi Leipheimer no sufra alguna desgracia como la del Tour 2009 y pueda acompañarle en los grandes y decisivos momentos de la carrera, especialmente en la última semana.
Cuando se dio a conocer el recorrido de la edición de la ronda gala de 2010, Armstrong recibió dos noticias, una buena y otra mala. La primera, la mala, la supresión de la contrarreloj por equipos; la buena, la inclusión de varios tramos de pavé en la primera semana, un hecho que hizo que sus dientes se afilaran pensando en una posible emboscada a sus rivales. Es por ello que se fue con Yaroslav Popovych en los días previos al Tour de Flandes, donde el de Plano demostró un buen nivel sobre el adoquinado, a reconocer algunos de esos tramos. Además, la inclusión de Gregory Rast y Dmitry Muravyev en la lista del Radioshack para la Grand Bouclé van en esa dirección.
No ha tenido ninguna desgraciaAsí como el año pasado una caída en la Vuelta a Castilla y León en la que se fracturó la clavícula rompió su correcta preparación para el Tour, este año el 'Boss' ha sufrido una gastroenteritis que le dejó fuera del Circuito de La Sarthe y una caída en el Tour de California en la que a punto estuvo de tener una desgracia. Sin embargo, a diferencia de 2009, Armstrong ha vuelto a tener parte de esa suerte de los campeones y llega mucho mejor preparado que hace doce meses. Eso sí, y esto no se puede olvidar nunca, un año más viejo, casi rozando los 39.
Dejando de lado el Giro y con la retirada forzosa de California, Lance ultimó su preparación en la Vuelta a Luxemburgo, donde quedó tercero, y en Suiza, donde sólo Frank Schleck fue mejor que él. Posteriormente, se fue con Johan Bruyneel a los Alpes a reconocer las etapas alpinas del Tour y, una vez hecho esto, se marchó a los Pirineos, cordillera en la que se decidirá la suerte de la mejor carrera por etapas del mundo.
Así pues, Lance Armstrong llega en el mejor momento del año, y mejor que la temporada pasada, a la carrera que le convirtió en leyenda con un triple objetivo que a nadie se le puede olvidar: ganar su octavo Tour y, sobre todo, seguir promoviendo la lucha contra el cáncer de su fundación y dar un motivo más de esperanza a esos millones de personas de todos los rincones del planeta que se ven afectados por esta terrible enfermedad que cada año mata ella sola a más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis combinadas.

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